Mirame
con la lenta sensación de tu apetito
izándose en la frutos de mi piel
arranca la pulpa en tensión herida
por la soledad de mi crápula amorosa
mírame con tu arrobada excitación
y desgaja el aire hasta llegar a mí
degusta la corteza tierna de mi celo
con la eléctrica ansiedad de una caricia
mírame con la vehemencia sísmica
de tu fragor obnubilado y ríspido
hiende en los emblemas de quien soy
los cálidos deleites de tus ojos.
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